Publicado en Uncategorized

Uvas vineras y uvas de mesa


Quién no ha tenido la idea, alguna vez, de jugar a winemaker, comprar varios kilos de uvas en el mercado y llevarlas a casa para hacer vino. El resultado siempre el mismo, un líquido incoloro que al final tiene tanto de vino como de vinagre. La razón principal para estos pequeños percances de la vida diaria no tiene que ver con la impericia del emprendedor, sino más bien con la materia prima elegida, ya que las uvas vineras tienen características específicas que las hacen ser eso, vineras. Aunque técnicamente se puede hacer vino con cualquier uva, si se conoce el proceso y que tricks aplicar, recomiendo dejar el asunto a los expertos, y si se quiere insistir en el tema, pues ir a conseguir variedades vineras de la Vitis vinifera.

En general, las uvas vineras son más pequeñas en tamaño, con cáscara gruesa, que proporciona taninos y color al vino; menor volumen del fruto significa mayor concentración de compuestos aromáticos, mientras que las uvas de mesa tienen piel delgada y el fruto es mucho más grande y pulposo. De igual manera, la concentración de azúcar en las uvas de mesa es mucho menor, razón por la cual duran mayor tiempo, incluso fuera de la nevera. Por ello, hacer un vino de Red Globe, por ejemplo, sería un fiasco, porque la piel es muy fina y el fruto grande contiene mucha agua, y en relación a su volumen -aunque al paladar se sienta dulce- poca azúcar. En el caso de las uvas vineras, estas se fermentan rápido debido a la mayor cantidad de azúcar que contienen. Para hacer vino de una variedad como la Red Globe, habría que añadir azúcar, para facilitar la fermentación; en la mayoría de vinos elaborados a base de otras frutas, esta es una práctica común. De hecho, las uvas vineras se cosechan mucho más tarde que las de mesa, para garantizar que el contenido de azúcares sea adecuado para la vinificación. Como muestra la imagen, la especie Vitis labrusca se presta más para la producción de uvas de mesa, al igual que la Vitis rotundifolia, compartiendo las características de piel delgada y fruto grande.

Publicado en Uncategorized

Causa, Origin


CAUSA

Causa means cause. That is, the literal translation of the word. The reality is that no known explanation of the dish’s name is convincing enough. The recent revival of Peruvian Comida Criolla has brought up a number of books and researchers, each one with a different interpretation of the origin of this most popular plate. 

One of the stories has it that during the war with Chile, in the late 1800’s, the army failed to provide enough food to the troops, and the soldiers’ wives had to supplement their paltry rations from their own pocket. Their budget was pretty tight and all they could ill-afford was potatoes of the yellow “Amarilla” variety that is so dear to Peruvians for its starchy, velvety texture and aromatic quality. Not having anything other than salt, a few key limes and spicy hot aji peppers, ubiquitous in the country, the ladies boiled the potatoes in salted water. Once cooked, they peeled the potatoes and mashed them, added crushed aji peppers and many drops of lime juice. A Spaniard fighting along the Peruvian soldiery volunteered his most precious treasure, which he had received from his mother and which he kept hidden under his campaign mattress. He produced a half full bottle of olive oil. Added to the mashed potato mix, it made it more kneadable, gave it body and improved its taste by an order of magnitude. Knowing that just spicy potatoes with oil and lemon would not satisfy their hungry husbands, the senoras went around knocking doors and asking patriotic citizens to contribute to “la causa”, the cause. With the addition of fragrant red onions, cans of pickled sardines and a sprig of cilantro they created the dish. The onions were summarily chopped into fine pieces, fate that was shared by the cilantro, and were then mixed together with chunks of sardine and seasoned with salt, pepper and lime juice. So prepared, they served as an appetizing topping for the Causa mix, which had already been molded on the ladies’ hands in the shape of concave buns. 

The story may be completely spurious but it nevertheless makes a clear point about the origins of the creation: humble and uniquely Peruvian. Unlike Ceviche or Arroz con Pollo which are made in many Latin American countries, or Pisco, the Peruvian national drink, which origin is hotly contested by Chile, there is no similar dish anywhere in the Americas, making it a truly undisputed Peruvian creation. Causa is a favorite appetizer of Peruvians, for all good reasons. It is easy to make and its tangy flavor is refreshing, slightly spicy and citrusy.  It is also very versatile, being served as an appetizer or as a main course and amendable to a variety of fillings or toppings.  It is a great picnic meal and kids love it. Causa can also be stored it in the fridge for up to two or three days, depending on the filling. Causa is usually filled with canned tuna or shredded chicken but you can have it vegetarian –with avocado, cooked green peas and carrot- or filled with shrimp tails or other seafood, like octopus. 

Pair with Pinot Griggio or New Zealand Sauvignon Blanc

.

2 pounds Yukon Gold potatoes, cooked in salted water and peeled

3 teaspoons dried yellow aji amarillo powder or a whole aji Amarillo pepper if you can get the conserved product.

1 teaspoon salt

2 tablespoons oil

 Filling

 1 cup cooked, finely chopped light and dark chicken meat

1/2 cup finely chopped red onion

2 sprigs of cilantro, chopped fine

1/2 cup mayonnaise

Salt to taste

The Causa

Oil for the pan

1 cake pan or Pyrex dish, 8 inches long by 4 inches wide

1/2 teaspoon finely chopped parsley

Ingredients

-2lb potatoes (Yukon Gold)

-½ cup vegetable oil (not olive oil)

-2 red onions, finely chopped

-Aji Amarillo

-lemon

Preparation

Potato paste. Cook 2 pounds of Yukon Gold potatoes in salt water until tender, but do not overcook. Strain and cool enough so that you can peel them. Potatoes should not cool down completely, as they are not easy to work with when cold. Mash thoroughly and set apart. In blender put together ¼ cup vegetable oil, two teaspoons of aji Amarillo (if you have dry powder) or two to three whole seeded peppers (if you got the glass jar version) and the lemon juice. Mix at low speed until homogeneous. Knead the potato mash, adding the blended mix gradually until a firm paste is formed. Using hands, grab a handful of the paste and shape it into a bun. With fingers make a cavity on the top and put away in fridge. 

Topping. 

Chop half red onion (or a whole one if you like the taste of this great vegetable) and rinse thoroughly under running cold water if too pungent.  Strain and mix in a bowl with ½ cup of mayonnaise and the juice of two key limes or one thin skinned lemon. Add your filling of choice: Canned tuna, cooked shrimp tails, shredded cooked chicken or mixed vegetables, avocado, etc. Serve this mix in the cavity formed in the potato paste. Sprinkle with finely chopped cilantro or parsley, further cool in fridge and it is ready to serve.

Publicado en Uncategorized

Maridaje con Ensalada Fresca / Parrillera


IMG-20180811-WA0018.jpeg
foto de autor

No solo una gran ensalada es tan buena como  el mejor cebiche. Su aderezo o aliño es uno de los más difíciles de lograr en perfección. En el caso del cebiche, el pescado en particular, y algunos mariscos, te perdonarán, por su fuerte sabor, si se te pasó un poco  la sal, el limón o el picante. No es igual con los veggies, que si bien tienen sabor distintivo, son mucho más sutiles. Si se te pasó la sal, aunque sea un toque, tu ensalada es incomible. Si se te pasó el limón o el vinagre, ni decirlo, intragable. Si exageraste en el aceite, el resultado es un amasijo de vegetales marchitos, lerdo y sin nervio. Ahora, si hiciste bien tu trabajo, será una obra maestra inigualable por su simpleza y pureza.

Un truco para empezar a hacer bien una salatta. Lo aprendí de un mozo en el extraordinario restaurante Los Inmortales, de Buenos Aires. Primero va la sal. Cuanto? no hay fórmula. Es un tema de sentido común y sapiencia. De allí el vinagre. De vino por favor, que el aceto es muy de moda pero para la ensalada es como ponerse un gamulán en pleno verano. Blanco el vinagre de vino, por su puesto. Remueve, que se mezcle bien el vinagre y la sal y alcancen a todas las lechugas, tomates y cebollas blancas que hubieren. Luego viene el aceite. Muchos optan por el aceite de  oliva, pero la verdad es que para la ensalada, es demasiado intrusivo. Me decanto por uno de soya o de girasol. Nunca no mucho. El aceite  es, como la sal y el vinagre, el ingrediente que hará una salatta memorable o un amasijo repugnante.

Eso es todo el arte de la ensalada. La parrillera: lechuga, tomate, cebolla (blanca, no roja POR FAVOR). Si le piensan poner palta (aguacate, avocado) háganlo al final, cuando la ensalada esté ya lista. Y si tienen a mano usen las paltas de variedad criolla, esas grandes «aguachentas» que van a aguantar mejor. Las cremosas, tipo palta Fuerte o Haas se deshacen y dan un pobre espectáculo, tanto visual como gustativo.

QUE VINO TOMARÍA PARA MI SALATTA?

Así como se describe, fácil. Un rosé de estilo Provence, muy tenue en nariz y boca. Notarán que luego de saborear un mouthful de ensalada, el vino, aunque sea de acidez marcada no le gana al vinagre, y exhibirá toques dulces de la sutil fruta que normalmente este estilo de vinos brinda. Si tienen a mano un blanco del sur de Italia, tipo un Grillo o un Fiano, me cuentan como les fue. Debería ser un buen match. Salud!

Publicado en Uncategorized

Corcho vs Tapa Rosca


Pocas polémicas sacan tanta roncha como el tema de qué cierre es aceptable para el vino. Todo amante del vino estará de acuerdo que el acto mismo del descorche, ese ritual de abrir algo secreto, nuevo e impoluto, es un placer. Pero los tiempos han cambiado, los apuros de la vida, los costos, la disponibilidad y el mercado determinan si hemos de descorchar o dar vuelta a una tapa rosca. Los puristas no aceptan otra cosa que corcho natural en sus botellas, denostando a la humilde tapa rosca. Otros ven razones técnicas para aceptar la rosca: el vino no se tuerce, que es un dolor de cabeza para los fabricantes de vino que eligen el corcho. Existen alternativas al corcho, algunas alabadas por sus defensores, otras que merecen pasar al olvido, como los tapones sintéticos. Más allá de razones de tradición, nostalgia o pragmatismo, el mercado va adoptando cada cierre de acuerdo a los dictámenes de la rentabilidad y los costos, y como en todo en la vida, para todos hay.

LOS PROBLEMAS DEL CORCHO

En un mundo ideal todos los tapones de vino serían de corcho 100% natural, extraídos de bosques de alcornoque manejados de acuerdo a estándares ecológicos adecuados. En la realidad, las cosas no son tan idílicas. La mayor parte de tapones hechos de corcho que se usan en la industria no son corcho natural, pues estos son cada vez más caros. Ese es el primer bache: precio. El consumidor promedio, que toma un vinito de diario después del laburo, no gasta 100 dólares en una botella. Gasta 20, 40 soles. Esos vinos, que son para consumir al año o dos desde su colocación en el mercado, no merecen un corcho de 60 centavos de dólar, que es el precio mínimo de un corcho natural de alta calidad. Hagamos números: una producción de vino de diario tira 100,000 botellas fácilmente. A 60 centavos el costo para el productor sería de 60,000 dólares, en un tapón que al fin y al cabo se desecha. Y que encima garantiza que una fracción de sus botellas se perderán como vino torcido.

El vino torcido, corchado o corked, como se conoce en inglés, tiene un desagradable olor a guardado, a papel o cartón húmedo y mohoso, que es causado por una molécula que a veces libera el corcho: el TCA, tri-cloroanisol. Se estima afecta a entre 1 y 2% de las botellas tapadas con corcho. En un mundo donde los grandes productores –digamos Casillero del Diablo de Concha y Toro – botan millones de botellas en una campaña, ese 2% es una millonada de pérdida. Fuera del problema de TCA, se calcula que el total de pérdidas debido a otras fallas del corcho (secado irregular, por ejemplo) pueden llegar a 10%. No sorprende que un productor pragmático busque alternativas. Y no hay nada más desagradable que el corcho se te rompa al sacarlo o que tu vino se llene de insolentes partículas.

LOS SUSTITUTOS

Hay diversas composiciones de tapones, que se fabrican con partículas y discos de corcho, unidos con aglutinadores y hay también nuevos corchos de alta tecnología. De estos, los menos atractivos son los tapones plásticos, que a veces vienen en un tono piel humana, a veces amarillo chillón y en otras en un espeluznante color negro. Son muy comunes en los vinos de diario argentinos que llegan al mercado peruano y son muy duros para sacar e imposibles de volver a poner si te sobró media botella que quieres guardar para el día siguiente. Como dije arriba, estos tapones, baratones son muy desagradables y deberían salir del mercado.

Hay corchos de agregados que son como supositorios, rígidos y granulosos, que tiran partículas al vino a la hora del descorche. Hay otros de mejor calidad, de la marca DIAM, hechos con alta tecnología y que se dice no presentan el problema del TCA, o sea, el vino no se tuerce. El problema es que los productores nunca ponen en su etiqueta si el vino tiene corcho DIAM o aglomerado o natural.

SCREW TOP, TWIST CAP O TAPAROSCA

El gran problema de la aceptación de la tapa rosca es la creencia –errada- de que se usa solo para vinos de calidad inferior. Esto viene de la prehistoria del vino moderno, allá por los 60 en Norteamérica se envasaban vinachos europeos y californianos a granel y se tapaban con screw top. Esa idea caló y como el mercado masivo del vino todavía está en su infancia –y más todavía en nuestro país- la falta de información le dio a esta superstición valor de cosa juzgada. Hoy en día, Australia y Nueva Zelanda, dos líderes mundiales en prácticas enológicas, utilizan la tapa rosca para casi todos sus vinos que estén por debajo de los 30 dólares. No es una bicoca: son casi ochenta soles. Quienquiera que haya probado un Shiraz australiano de 20 dólares o un Sauvignon Blanc de Marlborough de 15 dólares no podrá decir “son vinos inferiores” ni mucho menos. Y hay que ver que vinos top como el Hill of Grace, de Henschke ($200-500), usa screw cap.

AMORSITO, ME OLVIDÉ DEL SACACORCHO!

Una de las ventajas del screw cap es que es práctico: cuántas veces hemos tenido que recurrir a técnicas poco menos que ortodoxas para abrir una botella. Hay otra razón: el vino que compramos para el diario, que veces tomamos solos en casa al llegar del trabajo, no requiere el ritual mágico del descorche. Se abre, se toma un par de vasos y se cierra para terminarlo al día siguiente o a los dos días. Pero más allá de esas conveniencias, se ha acusado al screw top de no permitir el paso de oxígeno para que el vino se beneficie durante su guarda. Como dice arriba, la mayor parte del vino producido en el mundo es para consumo inmediato, al año, a los dos años, por lo que el tema del oxígeno es enteramente irrelevante. Y además, se ha desarrollado ya una rosca que sí permite una mínima infiltración de oxígeno, para productores de caldos de más calidad que optan por la tapa rosca.

LOS JÓVENES A LA ROSCA, LOS VIEJOS A LA TUMBA

Sin ánimo de ofender a los que ya rompieron la barrera del sonido, la actitud hacia el corcho, la tapa rosca, y al vino en general, es también un tema generacional. La mayor parte de clientes que he conocido que hacen ascos a la rosca son “adultos menores”, o sea, gente que ya pasó los 40. Los más jóvenes no se enfocan tanto en que sea rosca o corcho, pero dan más atención al packaging en general. No creo que los grandes vinos de guarda cambien a rosca en ningún futuro previsible –la gente que puede comprar esos caldos no le duele si una de cada diez botellas que compra se arruine por el corcho- pero hablamos de una minoría mínima en el gigantesco océano de vino que se consume y se consumirá en las décadas por venir. A medida que las generaciones mayores salgan del centro del mercado, la industria se orientará a satisfacer a los que entran, donde el apego por las tradiciones como las conocimos los que crecimos a la sombra del siglo pasado, dejará de tener el peso que hoy mantiene.

VEREDICTO

Los vinos de diario o de fiesta de fin de semana son perfectamente aceptables con tapa rosca. Los grandes vinos de guarda mantendrán sus corchos naturales de calidad. Entre esos dos extremos, seguiremos viendo todo tipo de cierres: al que le gusta descorchar que descorche, al que le gusta la practicidad de la rosca, que desenrosque. Ojalá, sin embargo, que la industria argentina deseche esos horripilantes tapones plásticos que hoy utiliza.

Publicado en Uncategorized, Vinos de Uruguay

Montevideo, Uruguay y sus Vinos


montevideo
Plaza Independencia, Montevideo

ENGASTADA entre dos gigantes sudamericanos como son Argentina y Brasil, la República Oriental del Uruguay es una joya que requiere -a pesar de su pequeño tamaño- muchas visitas para conocerla y disfrutarla. Y es que no solo es que su gente, que es amigable y abierta, sino sus paisajes de planicies verdes y sus hermosas playas, invitan a permanecer y conocerlos de cerca. Uno pensaría que su capital, Montevideo, palidece frente a esa cosmópolis vecina y formidable que es Buenos Aires, sin embargo no es así. La capital uruguaya, con su millón y pico de habitantes, refleja el espíritu libre del gaucho, con calles y plazas amplias, adornadas con las frondas de grandes árboles y repleta de hermosa arquitectura monumental con estilos neoclásico, posmoderno y art deco, entre otros.

Al igual que con el fútbol, en el que Uruguay tiene un estilo propio que muchas veces desafía a los de sus gigantes vecinos, en el mundo del vino, los orientales han desarrollado su propia identidad. En poco más de 9000 hectáreas de viñedos para vinos finos, 280 bodegas -en su mayoría emprendimientos familiares- producen vinos de marcada influencia europea  pero con una impronta transversal del terroir uruguayo, que se traduce en una nariz llamativa, dulce y fresca, común a tintos y blancos. Los primeros están bien representados por la Tannat, que aunque no es tan conocida como la Malbec argentina, deja huella imborrable por donde sea disfrutada. Otras cepas tintas que están dando sorprendentes vinos son la Petit Verdot, la Zinfandel y la Arinarnoa, además de las ya comprobadas Merlot y Cabernet Franc. Con su clima atlántico, Uruguay tiene un potencial enorme para la producción de excelentes vinos blancos, como lo están demostrando ya las rendiciones de Albariño y Sauvignon Blanc.

Así como Montevideo es una ciudad pequeña, limpia, ordenada y bella, los vinos del Uruguay se están distinguiendo por su limpieza y precisión en nariz y boca, su bien pulida textura y por la innovación y cuidado («el vino es amor» me dijo Manuel Filgueira, dueño y winemaker de la bodega Los Nadies) que las pequeñas bodegas uruguayas vuelcan en sus productos.

 

 

Publicado en cebiche, Pescados y Mariscos, Pesquería Sostenible, Uncategorized

Errores Comunes al Servir Cebiche en Restaurantes


 

cebiche tsunami
Cebiche Mixto, Tsunami, La Merced, Chanchamayo

Cualquiera es un gran general después de la batalla dice el dicho, que se puede analogar al hecho de que un ciudadano NN  habla de comida y cómo se prepara y qué ingrediente,  pero los pones frente al fogón y el agua no les hierve o el huevo pasado les sale frito. Por eso las cebicherías son tan populares, porque aunque en apariencia el cebiche no es mas que una suerte de ensalada, estudios científicos muestran que solo uno de cada mil peruanos te hace un killer cebiche, un cebichazo, como se dice por estas tierras. Bueno, vamos al grano, en este caso, a lo que una cebichería no te puede ofrecer sin que se les caigan las acebolladas cara de verguenza.

  1. Gato por liebre. No hay problema que no te den lenguado o corvina, uno, por el precio y dos, porque las pesquerías nacionales (y mundiales) de especies finas  están en alerta roja, son in – sostenibles. Que te den lisa, perico, o lo que esté en estación, pero por favor, no mientan. No pongan en su carta «cebiche de lenguado» y sirvan lisa. hoy esta de moda poner «cabrilla». El comensal no merece esa engañifa.
  2. Ajo. El cebiche puede tener o no tener ajo, eso queda al gusto del que come. Pero nunca un exceso de ajo hará un cebiche más bueno. Las especias y condimentos siempre son microelementos del plato no la pieza central.
  3. Cebiche tibio. POR-FA-VOR. El cebiche tiene que estar frío, bien frío. Y en verano es mandatorio que te lo sirvan helado. Un cebiche tibio en verano es garantía de que terminaras yendo al baño cada media hora. Ademas es MUCHO más sabroso.
  4. Recutecus. Ya se que a los peruanos les gusta la mescolanza, así tenemos esos platos tricolor, cuatro colores y ahora arco iris, en el cual se amontona cau cau, tallarin rojo, cebiche, salsa huancaina y chanfainita. Pongan sus guarniciones, sus canchitas, sus choclitos, papas, yucas, camotes o lo que Dios les inspire a poner, en un plato aparte. Si después lo quieren mezclotear, ya es cosa de cada uno.
  5. Maridaje. Ya basta con buscar el vino que hace feliz al cebichero. Los más socorridos son el Sauvignon Blanc y los blends tipo trivarietal comunes en las bodegas peruanas. Para quienes no toman vino blanco aunque les pongan un Kalashnikov en la sien pueden tomarse algun tinto suave, acidón y con taninos leves, vinos jóvenes en general pueden hacer el trick. Unos mejores que otros pero ninguno mejor que una cerveza helada o mejor aún, una chicha joven. Esta última opción es la mejor.
Publicado en chile, Mundo Vino, Uncategorized, Vinos de Australia

Vinos Australianos Lideran Segmento por Copa en el Mercado de China


Dos reconocidas bodegas australianas, De Bortoli y Jacob´s Creek lideran el top 20 de vinos preferidos en copa por debajo de la marca de USD 15, de acuerdo a un estudio realizado en Beijing en el 2017. Los siguen las casas francesas Baron Philippe de Rothschild y Badet Clément, con la bodega Bisquertt de Chile, completando el podio de los primero cinco.

Es interesante notar que la demanda creciente de estos vinos viene de una clase media joven que prefiere vinos accesibles en precio y de calidad con los cuales disfrutar una cena por encima de cervezas y espirituosos. Otras bodegas chilenas entre los top twenty son Vistamar, Concha y Toro, Casa Silva y De Martino, con la unica presencia argentina a cargo de Graffigna, en el puesto 14.

Ademas de la presencia de marcas de Francia, Italia, España y Portugal, llama la atencion que los puestos 10 y 16 corresponden a vinos chinos, de las bodegas 1421 y Grace Vineyard, respectivamente.

1421 wine.jpg

 

 

 

Publicado en chile, Uncategorized

Carignan y Cinsault: Cepas Mediterraneas en Itata Bio-Bio


IMG_20180322_200601_1.jpg

Dios, como vuela el tiempo. No fue hace mucho que la Embajada de Chile ofrecio un festival de vinos de Itata y Bio-Bio y de alli paso el Mundial de Rusia y ya nos adentramos a mitad de Septiembre. Muy bien armado el escenario, la decoracion y la comida. La seleccion musical tendria que haber sido tipica de Chile y no tan lounge pero fuera de eso todo muy bien organizado, a la chilena pues.

La oferta de vinos -creo eran 11 bodegas- muy interesante pues no se centraba en las archiconocidas versiones de Cabernet Sauvignon ni en la uva fad del vecino del sur, la Carmenere. Dos cepas muy plantadas en el sur de Francia, Carignan y Cinsault eran el corpus de la presentacion, variedades que no son comunes en nuestro medio. Carignan es el nombre que recibe en Francia la Cariñena, uva tinta de origen español. La Cinsault si es del sur del pais galo, de la region Languedoc-Rousillon propiamente.  La Cinsault es una de las cepas mas comunes en la elaboracion de los deliciosos vinos de Chateauneuf du Pape, blends a los que brinda su suavidad y bouquet.​ Como curiosidad hay que decir que en Sudafrica es conocida como Hermitage y su cruce con Pinot Noir dio origen a la emblematica Pinotage del pais de Nelson Mandela.

Mapa de region itata bio bio

Volviendo al evento de vinos, arrancamos con la Carignan, varias rendiciones interesantes, con el caracter rustico que caracteriza a esa cepa, aunque el estilo artesanal que se le quiere impartir esta un poco over the top. De hecho, de los 6 o 7 varietales tal vez uno solo escapaba ese bache. Habiendo catado algunas versiones varietales de Francia, se puede trabajar bastante alli. La Cinsault le fue mejor, vinos mas suaves y sofisticados, con el perfume agradable que caracteriza la cepa. En ambos casos y en el resto de productos (habia algunos de uvas atlanticas) los precios FOB para el importador me parecen algo altos, considerando que son cepas poco conocidas y no asociadas a vino chileno en la mente del consumidor peruano, pero por su calidad imagino no faltara algun comerciante industrioso que les dara una oportunidad en el mercado local, que a Dios gracias, es tan abierto  a los vinos de todo el mundo.

IMG_20180322_201209.jpg

Quedamos con las amables -y bellas- embajadoras vinicolas de la region y con algunas bodegas, en visitar Itata y hacer el tour de vinos para degustar con mas tranquilidad los vinos y ver ofertas comerciales, ademas de los atractivos turisticos del Valle de Itata. Pasados los frios de invierno es hora de ir al sur. Copio aqui el link con info turistica.

http://chile.travel/intereses-destacados/rutas-del-vino/valle-de-itata

 

Publicado en Pescados y Mariscos, Uncategorized

Conchas de Abanico, Mucho más que a la Parmesana


Resultado de imagen para scallops painting

Las Conchas de Abanico, nombre técnico Argopecten purpuratos, conocidas tambien como vieiras y scallops, en inglés, deben ser uno de los mariscos más estimados por los consumidores peruanos. Están presentes en platos como el arroz con conchas y en parihuelas y aguaditos de… conchas. Pero a no dudar que su manifestacion más popular son la conchas a la parmesana, que es una interpretación algo antojadiza -como toda interpretación que se precie debe ser- de las Coquilles Saint-Jacques, receta original, que no se inclina por el parmesano sino por la crema, los echalotes bien picaditos y los champiñones, una verdadera delicia.

Seré sincero: a la parmesana no es mi forma favorita de disfrutar de estos bivalvos. Debo dejar claro que en muchas -demasiadas- ocasiones, se abusa del queso y que en muchísimos más casos ese queso no es parmesano sino lo que haya a mano. El tema es que el sabor intenso del queso desplaza a los delicados tonos dulces del bivalvo. Entonces, para los amantes del platillo en cuestión, diría sean muy frugales con el queso. Ahora, si lo que quieren es un bocadillo salado y grasoso pues adelante. En todo caso y antes de dejar este segmento les recomiendo acompañar las conchitas con un vino blanco. En el primer caso, un Chenin Blanc de viñas viejas (alguien dijo Sudáfrica?) o para estar más cerca a casa, un Chardonnay, de preferencia sin madera, de Chile, o si el bolsillo da para más, un Chard donde no se note la influencia de la madera, en este caso un Chablis sería mi elección.

De qué otra manera se goza de estos moluscos deliciosos? En definitiva, tal como las ostras, con un mínimo de intervención, la mejor manera de disfrutarlas es con unas gotas de limón y ya. Para los que gustan del picante, un par de gotas de rocoto licuado y un picadillo de hojas de culantro. A este paso obviamente que entramos en terrenos cebicheros y qué va, un cebiche de conchas de abanico (yo las prefiero sin el coral pero eso es a gusto de cada uno) es algo maravilloso. Sin camote, choclo ni mucho menos canchita, por favor.

Una manera de preparlas que encuentro sin igual  es a la plancha caliente, bien doradas por fuera y acompañadas con puré de arvejas. En este caso funcionan bien esas planchas de hierro que se ponen sobre la hornilla, de las que se venden en Lima con el moniker de «marmita» aunque de marmita no tengan nada, porque entiendo que marmita es mas bien un tipo de olla. Qué importa el nombre al fin y al cabo. Combinación ganadora. Yo tenía a mano un blanco al estilo de Bordeaux (Sauvignon-Semillon) de Australia, pero igual le va uno de esos combinados Sauvignon-Chardonnay-CheninBlanc que envasan las bodegas más grandes del Perú. Definitivamente cuando se trata de productos nacionales más le voy a los blancos que a los tintos. Un Rosé no sería mala idea a jugar aquí, uno delicado es la opción. Las cepas del sur de Francia vienen a mente, un Cinsaut rosé por ejemplo.

Top pairings | Top wine pairings with scallops

No puedo cerrar la nota sin mencionar uno de mis preparados favoritos que le va a muchos moluscos y es cocinarlas a fuego lento en un sofrito caldoso de echalotes, mantequilla y vino blanco. Normalmente cuando lo hago con choros / mejillones, va una hoja de laurel pero para las Argopectens, una hierba sutil, como eneldo o estragón. Aunque no a todos gusta, para mi la hierba luisa le da un toque especial. En cualquier caso, nunca mucha hierba y siempre para dar el toque final.

Aprovechar, que viviendo en Peru los scallops son bastante baratos.

 

 

Publicado en Cepas, Uncategorized, Vino 101

EL ABC BIOLOGICO DEL VINO: Cruce, Híbrido, Variedad


Photo Credit: www.saratogawine.com

A propósito de una conversación en una cata de vinos que reunió a varios expertos, quedó el tema algo incómodo, como una piedra en el zapato, de que el lado físico del tema vinero (la biología,  la propagación, el suelo) es todavía menos dominado que aspectos como la vinificación, la clasificación de vinos, la evaluación sensorial y otros, más ligados a la esfera antrópica y subjetiva.

LA PREGUNTA INDISCRETA

El asunto se perfiló cuando el asistente de cata preguntó al auditorio cuál era la diferencia entre un cruce y un híbrido, algo que un experto del vino no debería dudar para responder «tirando desde la cadera» como dicen los cazadores, sin rodeos y con certeza. La respuesta es tan simple que mi intuición me dice que si no parece tal es porque alguna gente que está metida en el vino le da menos peso en su estudio a estos temas, aunque tal vez me equivoque, y si todavía hay confusión, sea porque se requiere un poco de conocimiento de background, que es algo más complejo, para dar la simple explicación. Veamos.

LA MADRE DEL CORDERO

La Vitis vinifera es la especie de uva más importante desde el punto de vista enológico. Todas las cepas que conocemos y amamos, que producen los vinos de calidad (Cabernet Sauvignon, Merlot, Sauvignon Blanc, etc), son variedades de esta especie. De manera estricta las «variedades» son cultivares como la manzana Granny Smith y Golden Delicious, por ejemplo, pero el uso linguistico común esta muy arraigado en el mundo del vino. Vinifera no es la única especie del género Vitis, este engloba alrededor de 60 otras especies, como la Vitis labrusca (supuestamente nuestro vino «Borgoña» se hace a partir de una variedad de esta especie),  la V. rupestris y la V. amurensis, para citar algunas.

QUE PASE EL DESGRACIADO!!

Alguno de los presentes mencionó  de manera correcta que la Cabernet Sauvignon es un cruce entre la Cabernet Franc y la Sauvignon Blanc. De manera incorrecta añadió que la Cab Franc fue el «papá» dando el polen y la Sauv Blanc hizo de «mamá» dando la flor (tendría que haber dicho el pistilo, para mantener la analogía). En realidad, no se sabe si el Cab Franc fue el papá, pues esta polinización fue espontánea, no inducida, por lo que no se puede afirmar de quién fue el polen. Si existe la idea de que el Cab Franc fue «el desgraciado» esta deriva de que, siendo la uva más antigua del ecogrupo Carmenet, se le llame coloquialmente «el papá» o «el abuelo» . De manera más incorrecta aun, dijo que luego de que se lograba el cruce entre dos variedades para dar una tercera, esta se podía reproducir a partir de las semillas.

DESFAZIENDO ENTUERTOS

Cruce, es entonces, una reproducción sexual (con polinización) entre dos individuos de la misma especie. La especie, en este caso la Vitis vinifera, tiene 38 cromosomas, ni uno más ni uno menos. Si tiene otro número de cromosomas, entonces es otra especie. Dentro de esta especie, hay variedades, que son expresiones genéticas diversas de la misma especie. Entre ellas se pueden dar cruces y siempre darán una variedad nueva de V. vinifera.

Llegamos a la parte peluda del asunto. Todo el mundo parece tener una idea clara de lo que es un híbrido, pero esto es por un tema de exposición. Es una palabra «mediática» para decirlo de alguna manera, o como se diría en inglés, un false friend o sea, un concepto que uno cree conocer pero que en realidad es erróneo. Híbrido tiene una connotación negativa, razón por la cual la Unión Europea -y los europeos son amantes del eufemismo- ha sancionado que el uso oficial de ese término se proscriba y sea remplazado por cruce interespecífico, que  no ha tenido mayor acogida.

En fin, volvamos al grano (de polen). Híbrido es el resultado de la reproducción sexual de dos individuos de distinta especie. El caso más conocido es la mula, resultado de la unión de un caballo y un asno. Un ejemplo en el mundo de las uvas es la cepa Vidal, que se usa en los icewines producidos en Canadá. Ejemplos de híbridos exitosos son frecuentes en fruticultura, como el jugoso cítrico tangelo, que es un híbrido de tangerina y toronja.

Ya pasamos lo más «complicado» y vamos al tema de la propagación. Una vez cruzadas las variedades, el racimo contendrá innumerables semillas. Cada una tiene una expresión genética distinta, y aunque todas compartan una mayoría de caracteres comunes, algunas serán «mejores» que otras, en el sentido de que tendrán características de cultivo o vinificación que sean más deseables y las cuales queremos propagar. Para lograr plantas con las mismas características se utiliza la multiplicación asexual, en la que no interviene el polen sino que se toma parte de la planta a propagar,  estacas de la vid, por ejemplo, y se enraíza. Por este método terminamos con una población de individuos genéticamente idénticos, que es lo que uno quiere en un viñedo. Esta población se denomina cultivar, (viene del inglés cultivated variety)  aunque como señalado arriba, por un tema de uso común se conoce como variedad o en el mundo vinero como varietal. Por un tema de variabilidad genética, si germináramos las semillas de un racimo tendríamos cien hermanos, todos parecidos pero todos distintos. Por eso, a ningún viñatero en su sano juicio se le ocurriría producir vides a partir de las semillas de un racimo.