Publicado en A la parrilla, Criolla de Carretilla, inglés para vino, Maridaje Básico

Tofu Anticucho: a Brochette like no other


Image result for anticuchera pancho fierro

There is nothing more traditional in Lima than the sight of a brochette street vendor, an anticuchera, surrounded by a cloud of hungry patrons. As night falls, shops and cafes close and a woman of black African descent rolls her wooden cart to her favorite corner.  In the semi dark of the poorly lit street, the flames and flying sparks from the burning coals are a prelude to the oncoming feast. The woman blows the coals with a palm leaf fan and the fire crackles. The alluring smell of burning coals and animal fat vaporizing on contact with the heat, attracts customers and soon there is a small crowd surrounding the cart. Old and young, some sitting on crude wooden benches, most standing, chatting lively, they all wait for their order of anticuchos, while sipping Inka Kola or a cold beer, drinks sold by the anticuchera’s assistant, a young girl, usually a daughter or niece. As they chat and drink, they all keep a keen eye on a large bowl bursting with neatly skewered pieces of marinated beef heart.  The early birds, who already have their skewers cooking on the grill, closely monitor the glistening meat cubes, sometimes turning them over themselves, letting the anticuchera know how they want theirs done. As the woman flips the anticuchos, she grabs a brush made from a corn sheath and, after dipping it in basting oil, she whips the brochettes. The excess oil burns off over the coals and flares up in a large flame, lightening for a second the customers’ eager faces. As the orders get ready, the assistant prepares the plates, usually bright cheap plastic ware, garnishing the skewers with boiled potato and large kernel corn, plus a good serving of hot sauce. The latter is unique to the trade, consisting of blended rocoto hot peppers with lemon juice and chopped green onions. Satisfied patrons finish their servings, clean their fingers with “servillets” torn from a roll of toilet paper and leave, only to be replaced impatient customers, who anxiously wait their turn. Business goes on briskly for a few hours, usually until eleven, sometimes even later, especially during the Lord of Miracles festivities. By midnight only the antichuchera and her assistant remain, tidying up in silence and then, just as they came, they roll the cart back. The whirring sound of the cart’s wheels fades away as they disappear into the shadows. 

Although nobody can ascertain the origins of the Anticucho brochette, it is hard to dispute that it has an undeniable African air. Not only the word has a black African resonance to it, but also, since time immemorial, the trade in Lima’s streets has been traditionally associated to the black folk. Furthermore, to reinforce this idea, marinated meat and organ brochettes are very popular in North and Sub Saharan Africa, as well as in Congo and other locations. Just like in Lima, and other parts of Peru, the trade is mostly exercised by street vendors. 

The basic process of Anticucho making is to marinate the meat –up to ten hours- thread it on a skewer, and grill it over a fire. There are no exact quantities for the ingredients in these recipes: how you make your marinade depends on how much meat you are cooking and what ingredients you like. The marinade itself is very simple: vinegar, vegetable oil, aji panca (in lieu of it, Paprika or red curry paste work well), crushed garlic and cumin. Beef heart, although it is alien to the North American palate, once marinated and grilled this way can be firm, tender, juicy and just plain delicious. However, for the faint of heart or not very adventurous, substituting beef tenderloin for the heart works well, with the proviso that the marinade step needs only two hours.

The Recipe

 Marinade

½ cup red wine vinegar

2 tablespoons of aji panca paste. If not available replace with paprika or red curry paste

1 tablespoon vegetable oil

2 crushed garlic cloves

Pinch of cumin

Firm tofu cubes 1 ½ pounds

Salt

Oil for basting

Boiled and cooled potato or cassava root

Preparation

Cut tofu into bite size cubes, approx. 1 ½ inch long x 1 inch wide. Mix all marinade ingredients together and place in bowl with tofu cubes, cover and leave in fridge, overnight. Light barbecue, greasing the grill. Thread tofu cubes in bamboo skewers, three or four pieces per brochette. Sprinkle with salt. Barbecue on high, flipping skewers until cooked to desired degree, each time basting with excess marinade mixed with basting oil. Serve immediately with cooked potato. 

Wine pairing

This dish can go extremely well with a ripe, spicy Zinfandel. In lieu of this varietal, try Aglianico del Vulture or a Malbec from Patagonia.

Publicado en Cepas, Maridaje Básico

Vino Borgoña, uva Isabella


Image result for vino borgoña

EN OTRO POST HE TOCADO EL TEMA DEL VINO BORGOÑA, el que se conoce en Perú como tal, aclarando que ni el estilo ni la uva proceden de Bourgogne (castellanizado como Borgoña), la región francesa donde reina la Pinot Noir entre los tintos y la Chardonnay en los blancos, produciendo vinos realmente notables.

La uva utilizada en la elaboración de vinos borgoña en Perú es la variedad conocida como Isabella, un híbrido derivado de la especie norteamericana Vitis labrusca, de origen incierto, aunque se cree que fue desarrollada en Carolina del Sur alrededor de 1816. No solo ha sido introducida al Perú sino que en Brasil es abundante y es común en los vinos de mesa del país de la samba, el fútbol alicaído y del deficitario humano moral y mental que es Bolsonaro. Dios nos libre de alimañas como ese señor y la galería teratológica congresal que nos ha regalado la fauna política local.

En general el vino borgoña ha sido mirado por encima del hombro por los expertos del Tawantinsuyu, pero con el auge de la cocina nacional algunos lo han reconsiderado, aunque todavía carga el estigma. Curiosamente, la bodega Tabernero, una de las más importantes del país no presenta  su vino borgoña en su pagina web, ??? pero existe, como lo pueden ver en la pagina de ofertas de un conocido supermercado.  Al parecer Tacama no tiene un borgoña, aunque uno creería que su línea de la viña semiseco podría estar hecho con Isabella. Como no presentan una ficha técnica es difícil afirmarlo. La bodega Santiago Queirolo sí luce su Gran Borgoña en su página, aunque no menciona maridajes.

Hacer una búsqueda de  maridajes con vino Borgoña en internet no da muchos resultados, a pesar de que debe ser el vino más vendido en restaurantes campestres y criollos.  Ahí les tiro un centro.

 

 

 

 

Publicado en bordeaux, Maridaje Básico

Maridaje de Vino con Encurtido (de Rabanitos)


BORDEAUX ENCURTIDOS
An unlikely wine pairing

LAS VERDURAS Y LA POLITIQUERÍA

Los rabanitos son acusados injustamente de ser comunistas. El caviar ya sabemos, se le acusa de ser…. caviar. En fin, dejemos la politiquería barata del comienzo del siglo 21 y vamos con el tema de esta nota que es si un vino puede acompañar bien un encurtido, en este caso, de rábanos, o rabanitos, como se les conoce en el país que nos dió alternativamente glorias y miserias, como  MachuPicchu, Laura Bozzo, las líneas de Nazca y Alan García.

VINO BLANCO CARNE BLANCA, VINO TINTO VENGA MORCILLA VENGA DE TODO

Las recomendaciones ortodoxas sugieren un vino blanco, en este caso el Domaine Weinbach’s 2011 Riesling Cuvée Théo de Alsace. Es, seguramente, una elección intuitiva, que va un poco en línea con eso de carne blanca vino blanco, carne roja vino tinto. Repeticuá que ha demostrado una y mil veces no ser más que una falacia. No digo que un blanco no le vaya bien, veamos qué dice Chad Newton, reconocido director culinario del país del sueño o pesadilla americana, depende de en qué «lado de la historia» se encuentra uno:

«llamando la atención respecto al azúcar residual … el azúcar del vino convoca la dulzura natural de los ingredientes del encurtido, complementando las especias sin entrar en competencia con ellas….»

Un buen blah blah blah.

INTUICIÓN Y AUTOBOMBO

Dicen que la intuición no falla, lo cual es falso. La intuición -el sexto sentido- es menos fiable que las promesas de los políticos sean del primer, segundo, tercero o inframundo. Nuevamente, no digo que la elección no sea correcta, pero la raison d´etre de esta nota es para exponer un maridaje heterodoxo y totalmente contra-intuitivo. Y no lo hice porque soy un genio del maridaje ni mucho menos soy realmente tan experto en vinos como me gustaría alardear. Sucedió porque era el vino que tenía a mano y me moría de hambre, pero habiendo hecho un propósito de no cenar cuantioso ni carbohidratoso -harinoso, para los mas aterrizados- decidí apoyarme en unos encurtidos de rabanito que preparé hace unas semanas, y que están -no pretendo auto halagarme aquí, es la verdad- increíblemente deliciosos.

EL OCTAVO MANDAMIENTO: NO ROBARÁS

Para no hacerla más larga. El vino a mano era un Bordeaux Superieur 2016 Chateau Seguin que sustraje -me avergüenza confesarlo- de mi anciano padre en su cumpleaños número 90, en el cual recibió el vino como obsequio. Me justifico aquí explicando que mi viejito, a esta altura de su vida, le das un vino de caja y le dices que es Margaux y se la cree. Y se lo toma como si fuera chicha morada. Así que hice un cambiazo llenándole la botella del Seguin con un vinito malucón, un tacamita trivarietal (la verdad, qué vino para malo, en su versión blanco o tinto), y me hice del Seguin para mis propósitos. Para los que ya me condenan, déjenme decirles que a mi viejito  le encantó su vino «francés.» Por ello, aunque el lector, indignado, me considere un mal hijo, considero que lo mio no fue robo, y si lo fue, fue por una causa de orden superior.

EL MARIDAJE CON BORDEAUX

Además de violar el octavo mandamiento del Torah, también he faltado a la segunda ley incaica, «Ama llulla» que se traduce vagamente como «no seas mentiroso.» Que imagino los monarcas incas tuvieron que establecer porque para mentirosos nadie le gana a los peruanos. Es que además del Bordeaux tenía a mano un Sauvignon Blanc chileno, de triste recordación. El  hecho es que el maridaje «intuitivo» con el Sauv Blanc no funcionó. La acidez del blanco compite con la del encurtido y ninguna gana. Se diría que se anulan mutuamente. Con el tinto, sin embargo, pasar de la marcada acidez del rabanito al vino permitió que notas dulces de la fruta de este último salieran a lucir. Siendo un 2016 con los taninos ya bastante pulidos, fue un win-win situation. Realmente, no me lo esperaba y demuestra una vez más, que el maridaje «intelectual» no es más que una lista de wishful thinking y en este arte hay que verificar en el mundo empírico.

VEREDICTO

Contra todo pronóstico el Bordeaux de Chateaux Seguin jugó «belamente» con el encurtido de rábanos rabanitos. Más allá de mi conclusión, invito al lector que pruebe por su cuenta con encurtidos varios  y  correspondientes blancos y tintos.

 

Publicado en Maridaje Básico, Restaurantes Lima, WINE WRITING

Maridaje de Vinos con Shoyu Ramen


SHOYU RAMEN SUSHI ITO
Shoyu Ramen

LIMA, GODZILLA Y EL SUSHI

El Ramen debe ser el artículo gastronómico más amado del Japón  y por muy buenas razones. A diferencia de otros platos nipones que tienen recetas fijas, el Ramen se presta a la innovación y a la creatividad. Se puede decir que es el pináculo de la culinaria japonesa. Su incomparable sabor le ha hecho popular en muchas capitales de Europa y América y por supuesto, Lima no podía ser la excepción. En la última década la Ciudad de Los Reyes ha visto aparecer una legión de restaurantes que ofrecen comida nipona, particularmente sushi, en versiones más o menos acriolladas, que en algunos casos ofrecen productos que serían irreconocibles para un nativo de la tierra del sol naciente, de Godzilla y de los fenómenos culturales rarísimos, como los adolescentes solitarios Hikikomori. No todos esos establecimientos, sin embargo, tienen sopa Ramen en su carta, siendo más común encontrar la sopa con fideo Udon, que siendo agradable, no le hace sombra al plato rey de la comida japonesa.

EN LA REPETICION ESTÁ EL GUSTO

He podido probar algunas rendiciones poco memorables de sopa Ramen en un par de restaurantes en Lima antes de llegar al motivo de esta nota, la cadena X, en su local del Centro Comercial Camino Real de San Isidro. Debo confesar que estuve en este local hace dos años y en esa ocasión la Ramen no llenó mis expectativas. Es posible que fuera porque mi referente eran versiones de la costa oeste de Estados Unidos y Vancouver, donde la comunidad asiática es muy fuerte y los estándares para comida oriental, muy altos. Por cosas de la vida, la semana pasada (octubre 2019) salí de la oficina para almorzar y aunque revisé la carta de varios restaurantes de comida rápida y de menú, el cuerpo me pedía sopa y la sopa a elegir tenía que ser Ramen. Decidí darle una segunda oportunidad a Sushi X. A continuación va mi experiencia.

EL ORIGEN DEL SABOR

Al llegar al local, el personal lo recibe a uno con unos saludos en japonés que imagino deben significar bienvenido, o algo por el estilo. Es simpático pero cuando se va llenando el local y se repite constantemente se torna un tanto irritante. Como dicen, de lo bueno poco. Pero vamos al tema, en este caso, la Shoyu Ramen, que presenta el caldo basado en salsa de soya. El precio (36 soles) puede parecer un poco steep cuando uno puede engullir un menestrón por 25 o menos en uno de esos locales soperos que se han puesto de moda. Sin embargo, después de terminar el bowl, sentí que estaba sobre pagado. El caldo, sabroso y aterciopelado, aunque algo grasoso, presenta una salina mineralidad. Esta se debe al dashi, que es un fondo de kombu (alga deshidratada) y katsuo bushi (bonito seco). Estos productos deshidratados naturales nos dan un sabor tradicional. El kombu y el katsuo bushi son responsables por el うま味 (umami) que es el quinto sabor que detecta el paladar humano, el que en otros casos se obtiene usando el injustamente vilipendiado Glutamato Monosódico (MSG), solo que en la versión de Sushi X se presenta de manera natural en esos ingredientes. A diferencia del tonkotsu ramen, el shoyu ramen no requiere una cocción prolongada.

Los fideos estaban en su punto, al diente y abundantes. Chiclosos, como todo buen ramen debe ser. Coronando el plato, setas, un manojo de soybean sprouts (germinados de soya = frejolito chino), láminas de alga nori tostada, picadillo de cebollita china (“cebollita de verdeo” o scallions) y todo salpicado con semillas de ajonjolí tostadas. El Shoyu Ramen de Sushi X viene con huevo de codorniz y láminas de cerdo asado (semidulce y ahumado), que pedí no me sirvieran, uno porque este último tiene un sabor muy invasivo y a mi me gusta saborear el caldo y el huevo porque no se por qué pero it is not my cup of tea. Más allá de mis shenanigans gustativo/culinarios, debo decir que quedé  satisfecho con la rendición de Sushi X, aunque con el caveat del precio. 28 soles deberia ser un precio màs razonable para este plato.

QUÉ VINO TE TOMAS CON UNA RAMEN? MARIDAJE

No me sentiría inclinado a beber vino con una sopa Shoyu Ramen. Pero si hay que elegir, me gustaría probarlo contra un vino Borgoña (me refiero al estilo peruano, de uva Isabella).

VEREDICTO

La Ramen en general, y la Shoyu Ramen en particular, es un plato delicioso. No estaría demás que los restaurantes de este tipo tengan una variante sin carne ni huevo, por la preferencia personal arriba expuesta y por el número creciente de vegetarianos/veganos.

Publicado en cebiche, Maridaje Básico, Pescados y Mariscos

Maridaje de Cebiche de Conchas de Abanico, Langostinos y Yuyo


cebiche conchas langostino 14 octubre
Cebiche de Conchas de Abanico con Langostinos

Ah, es increible que con tan poco y tan simple se pueda deleitar el paladar al maximo. No soy de poner recetas porque lo que hago lo hago a la impro y nunca anoto. Pero igual, compartire los ingredientes y la secuencia y estoy seguro que les saldra un cebiche maldito, como el que me comi en casa hace unos dias. Aqui va:

INGREDIENTES para dos personas

6 conchas de abanico grandes / 150 gramos de colas de langostino / 6 limones jugosos / 2 cucharaditas de rocoto licuado / 2 ramas de cilantro / 1/4 cebolla blanca / unas hebras de yuyo (algas marinas) / sal

Pelar y limpiar los langostinos. Con un mondadientes hay que retirar el intestino (filamento negro parte inferior de lal cola) y la linea de sangre (filamento negro parte superior). Blanquear en agua hiriviendo por 3 minutos, retirar y enfriar. Lavar las conchas, separar el coral y cortar la parte blanca en dos o tres de acuerdo a que tan grande son. Poner en bowl helado conchas y langostinos, revolver con sal (sin miedo, el cebiche siempre tiene que estar mas que menos salado) y el rocoto molido. Agregar el zumo de los limones. Cortar el cilantro muy fino y agregar. Picar la cebolla en juliana, muy fina, lavar con abundante agua e incorporar.  Revolver todo y meter al refri por 5 minutos. Cortar las hebras de yuyo en secciones de 2.5 a 3 cm y decorar. Disfrutar.

MARIDAJE: esto toca el cielo con  un vino blanco sin madera.

Publicado en Comida china, Maridaje Básico, Mundo Vino

Es peligroso o dañino el Glutamato Monosódico, alias «AJINOMOTO»?


ajinomoto msg

MENTIRAS VERDADERAS

Un viejo dicho reza que la verdad es una mentira convenida por muchos y hace referencia al hecho de que cuando alguna afirmación -aunque no tenga un pelo de cierto- es repetida a diestra, centro y siniestra, termina teniendo un aura de verdad. Este fenómeno es común y se usa mucho en política sucia, como la que se viene practicando en las últimas campañas presidenciales de nuestro Perú, aunque no es un mal endémico del Tawantinsuyo, hay que dejar en claro. En otro post de este blog me he referido a los mitos y verdades de los sulfitos del vino, de cuyo uso y efectos también se repiten barbaridades como ciertas.

EL SECRETO DEL RAMEN

La sopa ramen es quizás el artículo culinario más amado del Japón. Más que el universalmente popular sushi, más que el udon o que las ventrescas de atún de aleta azul, especie que se vende a precios pornográficamente exorbitantes en el mercado Tsukiji de Tokio, sin importar que se encuentre al borde de la extinción. Es cierto, un bowl de ramen es delicioso: los fideos, que se conocen como fideo chino  “Chuka-men” (中華麺), aunque no tienen nada de chinos, son yummie! con su textura firme y chiclosa. Y el caldo, que es lo que da vida al plato, simple y sublime. Y lo que da vida al caldo es un aminoácido hecho originalmente a partir del alga kombu, secada y hervida, aunque también se obtiene de virutas de bonito o camarón seco o de frejol de soya fermentado. El aminoácido de marras se llama glutamato.

PROHIBIDO ESTACIONAR MOTO

Volviendo al refrán que anima la introducción,  es el caso del muy vilipendiado MSG (siglas en inglés para el glutamato monosódico) al cual, no hay duda, que el adagio la pegó justo en la nariz. A punta de repetición el compuesto este, que es conocido familiarmente en el Perú como ayinomoto es acusado -y sin pruebas sentenciado- de supuestamente causar distintos tipos de cáncer, alergias, dolores de cabeza, ataques epilépticos, espasmos musculares y mil otras aflicciones. Entre otras barbaridades que se escuchan por ahí es que el MSG está hecho de huesos de perros, excremento, y otros etcéteras, cada afirmación más estrafalaria que la otra. Y por supuesto, que es “pura química”.

La verdad es que el nombre original del producto comercial es Aji-No-Moto, que se traduce del japonés como “esencia del sabor” y la verdad es que –como veremos más adelante- este nombre no dio tan lejos del blanco. El autor de este sazonador de alcance global fue el profesor Kidunae Ikeda, de la facultad de física de la Universidad Imperial de Tokyo, nada menos. Ikeda, maravillado por los deliciosos tazones de ramen que le preparaba su mujer decidió investigar de donde salía el insuperable sabor.

En esa búsqueda no solo descubrió que la esencia del sabor estaba en el aminoácido del alga kombu, sino que mapeó las regiones de sabor en la lengua humana, descubrió el quinto sabor, al que llamó umami (delicia), elaboró un proceso para estabilizar el aminoácido añadiéndole agua y sal común, patentó el glutamato monosódico, hizo una gran fortuna y cambió para siempre el curso de la gastronomía mundial.

¿SI TU CUERPO LO PRODUCE PUEDE SER TAN MALO?

Contra lo que creen los detractores del glutamato, en el sentido de que es un químico artificial, la verdad es que algunos de los alimentos comunes más sabrosos tienen una concentración altísima de miligramos de glutamato por cada cien gramos del producto: ¿Queso roquefort? 1,280. ¿Queso parmesano? 1,200. Sin duda ese spaghetti pomodoro no sabría tan rico. ¿Jugo de tomate fresco? 260. ¿Leche de vaca? 22. ¿Parece poco? Lo es, puesto que el cuerpo humano produce 40 gramos de la sustancia al día. Curiosamente, la leche materna tiene 10 veces más que la leche de vaca: El umami es uno de los dos sabores presentes en ella. El otro es el dulce, de la lactosa. Las levaduras, usadas en tantos alimentos y bebidas producen, durante la fermentación, cantidades de glutamato. Y contra lo que argumentan los agoreros, el glutamato natural y el glutamato del MSG son idénticos, el cuerpo no distingue uno del otro.

NACIO EN JAPON, SE HIZO FAMOSO EN AMERICA

Habiendo dicho todo lo anterior, cabe la pregunta. ¿Cómo un sazonador inventado en Japón, en una época en que lo oriental era exótico y desconocido en occidente se vuelve tan universal? La respuesta hay que buscarla en la presencia de soldados norteamericanos en Japón después de la segunda guerra mundial. Los G.I. Joe preferían las raciones de los soldados nipones a las suyas. Los cocineros del US Army, al descubrir la razón llevaron con ellos el Ajinomoto a los Estados Unidos. Y llega en el momento en que la producción masiva de comida procesada estaba en expansión. Pero el enlatado implica una reducción del sabor. Los industriales se dieron cuenta rápido que el MSG mejoraba drásticamente sus insípidas comidas y se convirtió en ingrediente obligado de sopas de lata, carnes procesadas, helados, atún enlatado, gaseosas y una legión de otros productos que, ni sospechamos tienen MSG. ¿Te cuidas del exceso de peso consumiendo yogurt, comidas y bebidas low-fat? Pues son de las que más MSG tienen, ya que la extracción de aceites y grasas durante el procesamiento las deja casi sin sabor.

EL CUENTO DEL RESTAURANTE CHINO

Entonces, si el glutamato se presenta de manera natural en comidas, si el cuerpo lo produce porque es esencial para su funcionamiento, ¿de dónde salen todas aquellas ideas sobre sus efectos dañinos para la salud humana? Hay que remontarse a 1968 para encontrar la respuesta. La revista New England Journal of Medicine publicó un artículo acerca del  Síndrome de Restaurante Chino, una condición descubierta por el médico Ho Man Kwok, en el que describía los efectos fisiológicos negativos que se le presentaban luego de comer chifa: “cada vez que como comida china siento el cuello y la espalda dormidos, debilidad general y palpitaciones…”. Otros estudiosos encontraron resultados similares, vinculando el MSG a los supuestos males. Estudios “científicos” en los que se forzaba ratas a tragar cantidades inimaginables de MSG (cantidades que una persona nunca comería en su sano juicio) determinaron que en efecto el compuesto producía efectos que iban desde anomalías del comportamiento en niños, hasta lesiones cerebrales, pasando por adelgazamiento de la retina.

Estudios posteriores, más rigurosos y menos  sensacionalistas han desechado que exista correlación entre el consumo de MSG y la pléyade de malestares y daños supuestamente ligados  a este. El daño ya está hecho y la paranoia continua, a pesar de que pasaron 40 años desde la publicación y que agencias de alimentación y salud de todo el mundo han declarado que el consumo de MSG no constituye una amenaza para la salud. Entre los que le han dado luz verde figuran ni más ni menos que las Naciones Unidas, la Unión Europea y los gobiernos del Reino Unido, Japón y Australia. A menos que haya una conspiración de dimensión mundial para envenenarnos, esto debería ser evidencia bastante firme de que no hay razón para temer al MSG.

YO NO CONSUMO GLUTAMATO!

Así llegamos al momento actual, en el que aún subsiste la idea de que el Ajinomoto es muy malo para la salud, que no mejora sino empeora el sabor de las comidas y que uno se da cuenta inmediatamente que el cebiche que se comió tenía MSG porque le pica el cuello y tiene mareos. Pues si esa persona come queso parmesano, champiñones, nueces y no encuentra los mismos síntomas se está sugestionando a sí misma. Si el supuesto alérgico devora las papitas fritas (chips de papa o maíz tipo tortees), los embutidos, las salsas y vinagretas envasadas, los snacks saladitos, la comida rápida (hamburguesas, pollos bróster, nuggets) y no le pasa nada, entonces no tiene ninguna reacción negativa al MSG. Está todo en sus creencias. Y si quiere asegurarse que realmente no está comprando un producto envasado que contiene MSG, no basta con buscar las iniciales del compuesto en la lista de ingredientes: la industria de alimento envasado usa una serie de nombres para camuflar al glutamato monosódico. Aquí algunos de los más de 50 sinónimos: sabor natural de res o pollo, sazonadores naturales, leche hidrolizada, proteína vegetal, proteína texturizada, salsa de soya, bouillon, caldo, especias, entre muchos otros.

EL GLUTAMATO Y EL VINO

Desde que la vinificación requiere la acción de levaduras para la fermentación, se puede concluir que el vino contiene glutamato, aunque no hay estudios concluyentes sobre su concentración. Ningún otro que Tim Hanni, Master of Wine y el premier experto del maridaje en el mundo afirma que algunos vinos tintos tienen una concentración de glutamato cercana a la del queso parmesano! En cuanto a cómo usar el umami para combinar vino y comida, Hanni afirma que lo mejor es aparear platos con mucho umami con vinos que tengan bajo nivel de amargor y astringencia, tales como el Riesling, el Beaujolais y el Shiraz de estilo moderno.

Si Hanni está en lo correcto entonces tal vez el malhadado MSG pueda ser la clave para finalmente encontrar que vinos pueden ser el mejor acompañamiento para aquellos sabores que los expertos encuentran tan difíciles de maridar, como el sushi, la salsa de soya, los espárragos y las coles de Bruselas.

Publicado en Comida de Arequipeña, Maridaje Básico

El Camarón de Río Cryphiops caementarius, Feliz 28 Perú y una Receta Francesa


Cryphiops caementarius camaron de arequipa
Cryphiops caementarius camarón de río de la costa occidental sudamericana, Perú y norte de Chile

INSPIRADO POR UN AMIGO

 Siguiendo el swing de mi gran amigo Javier Rubio Del Valle , gran artista, ex-simio pelotero, poeta inpublicado, viajero, gatero incorregible, fotógrafo de kilates y forjador de estéticas misteriosas en madera,  yo, por fiestas patrias, también tiro un plato que no inventé pero si adapté, con resultados que me satisfacen en demasía.

Hablo del legendario Moules Mariniere, que es, en mi (nada) humilde opinión, la mejor forma de comer choros (mejillones, para los que no parlan peruano). Que me perdonen los chauvi-nacional-cacerinistas que se rajarán el forro clamando que nada supera los choritos a la chalaca. En fin, lanzo aqui, para el que se atreva a tocar el cielo con las manos como decia el wachafo emilio laferranderie, alias el veco, uno de los periodistas deportivos mas lamentables  -y queridos- que haya visto el tawa (cuatro) ntin (particula que indica con) suyu (tierra, pais), o, sea, pais con cuatro regiones…..vayan desaznandose estimados, que el quechwa viene con tutto a reclamar su justo lugar en este ingrato pais.

LA RECETA

Como decía el Veco: Oido a la musica: limpiar el excremento de los crustaceos decapodos. Lanzar en olla sin agua, tapar y cocinar a fuego lento a medio hasta que esten bien cocidos. Separar camarones y los líquidos de cocción. Freir cebolla echalots picadas muy finitas en poquito aceite de oliva o en su defecto Aceite Cocinero, de los buenos, el primero. Antes que las liliáceas (that would be la familia botanica de las cebollas, poros, cebollines, ajos y echalotes) doren mandar vino blanco (en cantidad proporcional a cuanto hay de camaron y de cebolla, para algo han ido a la escuela pues, pero recordad que debe quedar muy caldoso) y llevar a ebullicion violenta por un par de minutos y luego a fuego lento hasta reducir a tres cuartos del volumen inicial. Lanzar a esta reduccion ya a fuego minimo cantidades insolentes de mantequilla de buena calidad y sazonar con abundante oregano de tarata, torata o cualquier otra locacion muy soleada del ande surperuano.

Volver los camarones con los jugos de la coccion a la marmita donde borborita el vino, la beurre y los echalotes y dejar amalgamar por un par de minutos mas a fuego minimo. Ya el tema de la sal lo dejo por su lado. A mi en particular, con la sal de la mantequilla me basta y sobra. Servir en bolos hondos tipo sopa wonton con bastante caldo.

Y CUIDAME DE LAS MALAS COMPAÑIAS

Acompañar con pan baguette de buena calidad o en su defecto marraquetas, o, ya pues, que se va a hacer, con las impostoras ciabatti. Acompañamiento musical, un blend comvenado de Edith Piaf para el lado francés y Los Errantes para el toque surandino. Acompañamiento vinero, yo le voy a un chardonnay con mucho cuerpo al estilo californiano o un viognier o cualquiera de esos blancos rusticones pero con presencia insoslayable hechos en el sur de Francia con la combinacion imbatible de las cepas Marsanne-Rousanne. Queda como tarea buscar un vino blanco del valle de Majes, que a no dudarlo, sera semiseco, lo cual, para los que sabemos de vino, no tiene nada de malo A los muy sofisticados, un espumante, que sea champagne y si no le alcanza el $$$ vayan por un buen cava. Es decir… no hay nada mejor. No es mi culpa haber nacido asi, Dios lo quiso, mi madre me hizo y como todos bien saben pancho pizarro a pesar de lo que diga el narcoindultador, si fue en su infancia, porquerizo. Feliz 28, 29 y 30 y viva el Peru y sereno!!!

Publicado en libros, Maridaje Básico, Vino 101

Maridaje: Arte, Ciencia o Floro: Meet Tim Hanni, MW


TIM HANNI, why you like the wines you like

En un post previo revisábamos como uno de los atributos de la personalidad, el gusto por tal o cual vino, no es tan personal como creemos y es más bien limitado en nuestras elecciones por aspectos que van mucho más allá que nuestras papilas gustativas y que tienen mucho más que ver con asuntos culturales, aka «sicológicos».

El tema se extiende -invade- campos de mucha subjetividad, como el maridaje, que de un tiempo a esta parte ha dejado de ser «arte» para convertirse en (supuesta) ciencia. Empecemos por el principio, no hay ciencia cuando no se puede medir la observación, al menos no sin unidades y sin equipos de medición. Decir «excelente«…»espectacular» no hace ciencia.

A pesar de que son evidentes las limitaciones del maridaje para librarse de su encorsetamiento subjetivo, el crecimiento explosivo de la industria del vino en el mundo demanda nuevas avenidas para incrementar ventas, y el maridaje es una de las más potentes. Se ha inventado el mito «el vino tiene que ir con comida» y se ha ritualizado el tema, con sacerdotes de la nueva religión y todo. Hoy el populacho ya no confía en su propia experiencia sino que necesita que lo guíen a «saber saborear» un vino o una combinación de vino y comida.

Tal como los creacionistas, que pagan a científicos para sustentar la creación bíblica del universo (el Big Bang cristiano), la industria favorece estudios «cientificos» para sustentar por qué el bife va bien con el tinto y los vinos dulzones favorecen la comida Thai y Sechuán. Ahora, quede claro, el propósito de esta nota no es desautorizar el arte del maridaje per se, sino ver como debería encaminarse hacia un paradigma donde el foco de atención no sean el vino, ni la comida que lo acompaña, sino el comensal y sus preferencias. (no hay algo reminiscente de la física quántica aquí?)

Aunque ya existen muchos expertos que cuestionan la sofisticación extrema a donde se ha llevado al maridaje, nadie como Tim Hanni ha planteado el problema en términos tan claros y libre de ambiguedades. Como dicho en el anterior post, Hanni es un MW, Master of Wine, el primero de América (1990), chef profesional y entre otros gigs, director de Business Development para bodegas Beringer, nada menos. Para los que nunca hayan oído su nombre, no es un recién llegado, sino que tiene más de 30 años en el rubro de comidas y vino. El hombre ha pagado su derecho de piso.

Antes de ir a sus «New Wine Fundamentals» (que necesitará otro post), visitemos algunas ideas que Hanni pone sobre la mesa y que provocan sorpresa, grata sorpresa en algunos casos, y en otros, rechazo y hasta escándalo en la comunidad vinera, particularmente en aquellos que han puesto todas sus cartas en la tradición «ortodoxa» de lo que es el vino, de cómo debe disfrutarse y con qué comidas servirse.

  • Food and wine pairing is a fraud hoisted on the unknowing… es una de sus frases más controversiales. «El maridaje es un fraude izado por la ignorancia.» Wow. Tremendo bocado y alude al hecho de que se ha construido todo un edificio de «conocimiento» sobre la base del desconocimiento más elemental -y que debiera ser la piedra angular del maridaje- y es que la experiencia individual es distinta y única, anclada en el perfil fisiológico y sicológico de cada consumidor.
  • «La escala de 100 puntos surgió por la dominancia de los catadores Tolerantes*, que aman vinos de mucho cuerpo.»  El sistema de puntos hoy vigente, así como la formación de profesionales está sesgada hacia los vinos gigantes en fruta, en alcohol. Esto determina que si te gusta el vino dulce, estás condenado, pues nunca serás un «conocedor». La cosa es al revés, apunta Hanni. “Contrario a los conceptos erróneos sobre los bebedores de vino dulce, está demostrado que tienen más papilas gustativas, son más sensibles al gusto, y el alto alcohol de los vinos de más puntaje les resulta desagradable a su sensitivo paladar.»

Esto del gusto por el vino dulce, que es anatema para muchos expertos locales, debería ser música en los oídos de los abanderados de la cocina nacional, porque de ser cierto, estaría en concordancia con la idea de que el peruano es un degustador natural: el 70% del vino consumido en el país es «Gorgoña» ligero y semidulzón. Ya en otros posts he celebrado la bondad del vino Borgoña (cuando está bien hecho y bien helado), dentro de su categoría y en conjunción con variedad de platos peruanos. En boca de Hanni: «Si conoces a alguien a quien le gusta el vino dulce y le has dicho que no sabe de vinos, es hora de que le pidas disculpas.»

Para terminar, Hanni cita con frecuencia una copia del Larousse Gastronomique, publicado por primera vez en 1938:

“Con el chateaubriand (un corte de carne), sirva uno de los grandes tintos franceses. Pero si el comensal prefiere, uno de los grandes vinos dulces, como el Sauternes…»

Oh! o sea que en la patria de la patria de los maridajes, la Francia de la pre guerra, los expertos no le hacían ascos a un pedazo de carne acompañado de un Sauternes.

«Si el comensal prefiere,» anota Hanni, «esa es la clave a la hospitalidad y lo que deberíamos practicar hoy: Empatiza, cultiva y disfruta, es la realidad de mi propuesta.”

En la próxima y ultima de esta serie, los conceptos de maridaje propuestos por Tim Hanni  MW en su libro New Wine Fundamentals.

—————

* Hanni define 4 «vinotipos»: Tolerante, Sensitivos, Hiper Sensitivos, y Dulces. Hanni afirma que los individuos del vinotipo Dulce presentan más papilas gustativas que los de los otros grupos.

Publicado en libros, Maridaje Básico, Mundo Vino

Maridaje: Ciencia, Arte o Floro? Facing the Facts


disgusting-wine-face

ROBERT PARKER, CUÁNDO NO

En el mundo de vino, el tema este de los maridajes es tan  polémico como el de los puntajes o las notas de cata. Las notas de cata, por ejemplo, han sido cuestionadas por expertos y neófitos, en tanto que quienes las escriben mencionan aromas que difícilmente el ser humano promedio percibe o puede tener la oportunidad de percibir. Es más, el mismo Robert Parker en una famosa nota escribió algo así como compota de frambuesas cocinada en olla de barro, aunque la verdad no sé si ese aroma exista, con lo que daba a entender a las claras que muchos de los descriptores usados son maás floro que verdaderos olores detectados. Esto no sorprende a nadie pero parece que ser «experto» obliga  a «encontrar» aromas y muchos creen que mientras más «detecten» es mejor.

TINTO CON RES, BLANCO CON PESCADO?

Qué decir de los maridajes? Hace no mucho este arte se limitaba a «carne roja vino tinto, carne blanca vino blanco» y es todavía una verdad sacrosanta para muchos hoy en día. Estudios recientes comienzan a levantar serias dudas hasta acerca de este, el más conocido y básico postulado del maridaje, así como de otros: Hasta los 90 ni al sommelier más vanguardista se le hubiera ocurrido acompañar quesos con vinos blancos. Hoy el blanco  con queso desplaza al tinto en las carteras de trucos de los que más horas de vuelo vínico tienen. Es más, las últimas apreciaciones y estudios de conocedores (MW´s incluidos) comienzan a tambalear los cimientos de la casa del food and wine pairing

EN GUSTOS E HISTORIA SÍ HAN ESCRITO LOS AUTORES

En cuestión de gustos, que creemos tan personales, no han escrito los autores, sino que han escrito y todavía escriben, los grandes intereses. Una tal LB,  damisela canadiense de la que estuve muy enamorado, me prestó alguna vez un libro llamado The Devil wears Prada y me hizo notar cómo la moda (y los que están detrás de ella) dictan la ropa, los estilos y colores que uno elige al comprar un pantalón, camisa o falda. Uno ni se da cuenta y cree que elige de acuerdo a su personalísmo gusto. Ellos sonríen, abren la caja y chin! moneda adentro. Los gustos en ropa, que parecen TAN de uno, están muy condicionados, por no decir hasta cierto punto, teledigitados. De igual manera, en términos de gustos de vino, estos no son estrictamente personales, sino que se inscriben en tendencias mundiales dictadas por la producción, el mercado, la publicidad y el marketing. Quién, por ejemplo, no tomaba Riesling en los 70? Quién no abandonó el Riesling por el Chardonnay en los 90? No despotricaba todo el mundo del Rosé hasta hace muy poco ninguneándolo como un vino de menor calidad? Hoy nadie le haría ascos a un Syrah rosé  chileno o un Malbec rosé argentino. Nadie que yo conozca se tomaba un tinto con 14% de alcohol en 1978, pero hoy cualquier vinacho de 10 pesos no marca menos de 13% y a todo el mundo le encanta.

EN ESTA VIDA NADA ES GRATIS

El maridaje como lo conocemos se inicia a comienzos del siglo 20, pero si ha alcanzado los niveles de rimbomba de hoy en día se debe al esfuerzo de marketing puesto en su difusión en los 80 y 90, décadas en las que explotó la cultura comercial del vino (la que vemos hoy en TV y trampas sociales virtuales), esfuerzo de marketing pagado por las corporaciones de la industria vitivinícola para promover la venta del vino.  Si alguien cree que estas campañas de promoción y marketing no afectan su gusto (en ropa, musica o vinos), ese alguien es un tonto o al menos un ingenuo.

En el próximo post de este thread veremos algunos -alarmantes- ejemplos de como los maridajes clásicos son, a decir de una autoridad como Tim Hanni, Master of Wine, un fraude.

Publicado en Maridaje Básico, Pescados y Mariscos, Vino 101, Vinos de Sudáfrica

Maridaje de Vino Tinto con Cebiche: Love it or Hate it


red wine with oysters

HACE POCO me preguntaba si el vino tinto podía ser un buen acompañamiento para el cebiche. Cualquier persona que haya recibido educación formal en vinos sabe que un tinto con una comida muy ácida (cebiche es el arquetipo de acidez picante) te deja la sensación de tener la boca cubierta con un sarro metálico. Y es cierto, hasta cierto punto. El cierto punto se refiere a qué vinos y qué ceviches.

DE ESTA AGUA NO HE DE BEBER

Como ya he dicho en otros posts, si el cebiche va a ser super picante mejor es dejar el vino de lado, blanco, rosé o tinto, porque nuestras papilas abrumadas por la acidez y picor no apreciarán el sabor del vino. En este caso lo mejor es apagar el fuego, una chela  helada o una chicha de maíz joven. Ahora, si el cebiche va a ser moderado en esos rubros las reglas del juego cambian y aquellos quienes no toman vino blanco ni bajo pena de muerte tienen una luz de esperanza.

I SAW THE LIGHT

Estas cosas a uno no se le ocurren así nomás, sino que se aprenden. A mí me dio la luz una cata con Wines of South Africa en la que además de servirse muy buenos vinos, se ofrecía un Pinotage ligero (me parece era un Beyerksloof de menos de 15 dólares) con…. ostras!  Me parece recordar que estas o no tenían nada más que limón o quizás unas gotas de salsa picante. Me acerqué a la combinación con aprehensión y debo confesar, con un airecillo de superioridad (recién había terminado mi WSET2 y me creía en la liga grande de los conocimientos enológicos). El experto bafana que dirigía la cata explicó por qué este maridaje era posible y si bien no recuerdo los detalles precisos, me parece sentir de nuevo el asombro al comprobar que disfrutaba de aquella extraña -sacrílega- cópula.

EXIJO UNA EXPLICACION!

La explicación iba más o menos así. La ostra tiene un marcado carácter mineral (más las de la costa este que las oeste y más las europeas que las americanas) y por supuesto muy fresco, ligero, algo salino y con acidez aumentada por la usual dosis de limón. El Pinotage escogido era ligero, refrescante, con taninos suaves («spineless», sin columna vertebral, dijo el experto), y con toques savoury (salado-especia). ¿Había un match? Había. Además que la fruta del vino acentuaba la fruta de la ostra. Fruta de la ostra? Pues, sí, especial las de la costa oeste pueden tener un carácter que recuerda pepinos. Quedé impresionado y me empujé varias ostras hasta que mis compañeros de cata empezaron a mirarme con mala cara, pues debían alcanzar para todos los presentes. Ah, olvidaba. El Pinotage ligeramente chilled. 

EVERYTHING IS IMPERMANENT

No voy a decir aquí que disfruté esta cohabitación apareamiento fornicación o maridaje mejor que con un blanco, un Muscadet o un Chablis o un Marlborough. Pero sí que los puristas deben tener mente abierta a posibilidades. Hace una década nada más maridar quesos con vinos blancos era una herejía y hoy en día los sommeliers top tienen esa recomendación en su bagaje de vino tricks.

EL SALTO QUÁNTICO

A partir de aquella revelación, y siendo peruano, obvio que el salto quántico era trasladar la experiencia al cebiche de estilo «clasico» de pescado blanco, ají, limón, sal, dos plumas de cebolla y pará de contar. Intenté con Cabernet Sauvignon reserva y mejor no cuento pero no se lo recomiendo ni a mi peor enemigo. El Pinotage tampoco le fue tan bien, no sé si sería la cebolla o el limón. Mejor me fue con vinos menores, blends de mesa, de bajo presupuesto y casi siempre frutaditos y con poco tanino. Otra vez, no fueron maridajes espectaculares, pero sí se dejaban disfrutar.

HABLA EL EMPÍRICO

Otros vinos que no defraudaron aquí fueron los Cabernet Franc, los Gamay, Beaujolais. Un blend de Hawkes Bay basado en Merlot (no recuerdo el nombre) tampoco estuvo mal.

Aún mejor me fue con ceviches más fuertes, de bonito, atún, incluso con un chorro de sillau (salsa soja) y gotas de jugo de kión (jengibre). En estos últimos casos, ya en Perú, fue con vinos argentinos jóvenes y sin carácter ni estructura tánica marcada, como esos non-descript blends malbec-merlot que tanto llegan por nuestros pagos por debajo de los 25 soles.

Having said that, me gustaría intentar con un Zinfandel joven de viñas jóvenes. Me gustaría probar con un cebiche pulpo al sillau. Y especialmente, qué tinto podría no decepcionar frente a uno de conchas negras.

VEREDICTO

Los buenos blancos son ideales con cebiche. Pero como dijo un  amigo hace años «comer pollo todos los días cansa». ¿Cambiaría los blancos por tintos para acompañar mi cebiche? No, pero la idea de que es un PUAAJJ!!!  absoluto goes out of the window.

Nota. Si le van a intentar al vino tinto la canchita maíz tostado puede dar toques amargones, así que como decía Fujimori sobre sus supuestos «ayayeros»  !me la zacan!  !me la zacan!